
Como ya veníamos publicando en el apunte anterior, seguimos con las aportaciones de los diversos autores en este debate sobre la desaparición (o no) del autor en el teatro contemporáneo. El texto que nos sirvió como inicio al tema del Encuentro es un texto de Roberto Cossa, para leerlo podéis pinchar aquí.
En este caso la reflexión corre a cargo del dramaturgo Fulgencio M. Lax.

EL AUTOR.
A lo largo de mi vida he pasado muchas horas en el mar y, después de tanto tiempo, han sido estos días cuando he logrado ver las olas. Algo similar me ocurre con el teatro y en particular con la dramaturgia. Esa dramaturgia que circula en mi mesa de trabajo hasta que llega el momento en el que decido compartirla, entonces comienza su existencia.
Como autor, no sólo abro la puerta a un determinado universo dramático sino que, además, abro la puerta a la estrategia de cómo se conforma ese universo. Para un autor teatral como yo, que construye desde el hecho literario, el receptor es algo más que un lector porque, entre mi obra y el espectador, está el director, que aporta su lectura después de haber cruzado las puertas que yo le he abierto. Es un camino
en el que la historia que nace en mi mesa va acumulando lecturas hasta llegar al escenario. Mantener la pureza dramática desde el origen es una utopía y yo considero el proceso como un camino que enriquece el universo dramático que propongo.
De forma particular no busco un lugar en la escena, ni tan siquiera en el proceso más allá de exigir que el director se mantenga dentro del universo
propuesto, tanto en los hechos como en la ideología y el pensamiento. Y solo cuando se me solicite, establecer una relación dialéctica entre el texto, el director y yo.
En el laboratorio de mi escritorio no sólo se conjugan los contenidos, sino también la forma en la que esos contenidos van a perder su virtualidad y su
expresión estructural se convierte en significado. Busco el discurso artístico que sostenga el argumento, entendido este más allá de la mera anécdota para poder convertirlo en un hecho de vida. Aquí es donde le doy la mano al director.
Para terminar estas breves palabras, veo que en apenas unas líneas he utilizado términos como universo dramático, dramaturgia, estrategia, construcción, conformar, etc. Y son olas que aún voy buscando en mi teatro y en el de los demás. Lo que no está dentro de estos límites me suena a un pensamiento plano sin latido alguno.





